El poeta del martillo

El poeta del martillo

Manolo Santiago es considerado por muchos como el mejor capataz de Sevilla. Aunque se nos fue un 23 de octubre de 1997, ha dejado un legado que muchos han hecho suyo.

Manolo fue costalero antes que capataz. Dio sus primeras chicotás bajo las trabajaderas del Santísimo Cristo de la Exaltación. Tras dejar el misterio, conoció al Salvador Dorado "El Penitente", con quién fue costalero en la Hiniesta y los Gitanos, siendo concretamente en la corporación del Domingo de Ramos donde ejerce por vez primera como auxiliar, en el año 1951.

Junto a Salvador Dorado, dirigió entre otros los pasos de las Hermandades de San Gonzalo, El Amor, La Estrella, Las Penas, Los Estudiantes…, y en las Glorias el Carmen de San Gil, Rosario de San Vicente, la Asunción de Cantillana, Rosario de la Macarena o María Auxiliadora de Triana…

Su vida al frente de los martillos le brindó el ser testigo de la primera cuadrilla de hermanos costaleros de Los Estudiantes. Desde entonces fue contratado por distintas Hermandades, siendo la primera de ellas la de La Resurrección, a la cual le seguirían luego muchas otras, la Paz, Las Penas, Los Estudiantes…

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