Muchas son las explicaciones que encontrarás en Internet, pero a continuación te explicamos cómo debes hacerlo bien para que nuestros costales queden perfectos, en su sitio.
En Costales Gorca queremos que los costales queden rectos, con las esquinas bien cuadradas, sin picos, que no sobre costal ni falte por ningún lado. También buscamos que tengan una buena cuna para recoger la trabajadera e incluso, que llegue a sobresalir el pico del costal.
A la hora de comprar el costal, éste tiene que ser proporcional al tamaño de la cabeza y el largo del cuello, para que pueda llegar el trabajo hasta la vértebra en la que ha sido igualado. Si el costal no llega hasta la 7ª vértebra, la igualá no sirve para nada.
Queremos seguir pautas que nos legan la tradición y dejar algunas “modas” con poca lógica. El costalero debe de ver debajo de los pasos, no puede ir ciego.
¿Cómo se hace el costal?
A continuación os explicamos los pasos a seguir para conseguir que el costal te quede perfecto:
1º Estiramos completamente en una superficie plana y lo doblamos en tres partes iguales.
2º Coloca la morcilla en la visera y dale vueltas.
Se coloca una mano en el centro sujetando la morcilla y la otra nos servirá para plegar las esquinas, procurando que queden unos pliegues limpios y sin arrugas.
3º Seguimos girando y plegando las esquinas hasta llegar a la línea en la que nos aparece el saco tras la tela.
4º Por el centro, buscamos el principio de la tela que hemos ido enroscando y lo colocamos sobre la cabeza.
La punta del costal que hemos buscado, la colocamos sobre la nariz, en el entrecejo. Lo sujetamos firmemente, para que el compañero al tirar para poner el costal no se lo lleve del sitio.
5º El compañero que nos ayuda a poner el costal tirará de las tres capas de tela.
Debe hacerlo con firmeza hacia abajo, para que se estire por la cabeza. Luego tirará, uniformemente, de los dos capas de tela de arriba. Mientras seguimos sujetando el costal, el compañero arreglará los pliegues y estirará hacia los lados para limpiar las arrugas, cuidando que no se descuadre.
6º Luego, sacaremos la tela de la visera hasta que quede toda la tela de la frente estirada.
7º Posteriormente tiraremos del saco hacia a atrás, poco a poco, hasta despejar los ojos y que la frente quede sin arrugas.
El compañero volverá a estirar los pliegues del costal, buscando que queden lo más limpio posible y estirar el saco para que no queden arrugas.
8º Por último, comprobamos que el costal ha bajado hasta la 7ª vértebra.
¿Quieres saber cómo lavar tu costal? Aquí te lo explicamos - Leer aquí
Fotografías gentileza de la Cofradía de la Sagrada Eucaristía de Zaragoza.
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